Hace ya tiempo que quería escribir sobre este tema, un tema que está a la orden del día y en el que hay división de opiniones. Lo primero que quiero dejar claro es que no pretendo convencer a nadie con este artículo, sino que es sólo mi opinión. Me imagino que habrá quien la comparta y otros que no estén de acuerdo con ella. Pero es difícil encontrar una verdad absoluta y más en un deporte tan determinado por los resultados como es el fútbol.
¿Se imaginan una empresa en la que sus dirigentes digan: «nuestra manera de trabajar depende de los empleados que tengamos» o «en función de los empleados que contratemos y de sus cualidades decidiremos cómo ofrecer nuestros servicios»? La realidad es que las empresas seleccionan al personal más cualificado y que mejor encaja en su filosofía. Y después serán ellos y sus características personales los que marcarán la diferencia respecto al resto de trabajadores, los que darán mayor o menor valor a los servicios que ofrece la empresa.
Las empresas necesitan a sus empleados para crecer, pero un empleado también crece dentro de las mismas. En cada empresa aprenderá cosas distintas, puesto que la filosofía de cada una de ellas también será diferente. Pero todas ellas le permitirán acumular distintas experiencias y crecer como profesional en el sector. ¿Estáis de acuerdo en esto?
A diferencia de las empresas, los clubes son entidades sin ánimo de lucro, pero lo que tienen en común es que ambas entidades buscan un beneficio. En el caso de los clubes, este beneficio se traduce en forma de títulos, jugadores que llegan al primer equipo, etc. Y para que esto sea posible es necesario tener una identidad propia y una visión a largo plazo.
Muchas veces los clubes contratan entrenadores que apuestan por una idea y, cuando los resultados no acompañan, les despiden e incorporan a otro con una idea totalmente distinta. ¿Hace falta poner ejemplos? El entrenador nuevo apuesta por un estilo de juego diferente y, jugadores que valían para el anterior, quizás no se adapten a las ideas del actual. Y al final, este cúmulo de errores da lugar a un equipo sin identidad, jugadores descontentos y resultados determinados en gran parte por la suerte (la suerte de que el proyecto de resultados a corto plazo).
«El Modelo de Juego depende de los jugadores y de las relaciones que se generan entre ellos»
¿Cuántas veces hemos oído frases como ésta? Muchas, y en parte es cierta. Pero también es frecuente escuchar críticas a los dirigentes cuando despiden a su entrenador y contratan a otro con una idea de juego contraria. Se les suele reprochar que no apuesten siempre por la misma idea futbolística, que es muy difícil que el equipo triunfe sin un modelo de juego definido…
Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Modelo de Juego o jugadores? ¿Por qué dos entrenadores con la misma plantilla pueden lograr resultados tan diferentes? Pero, lo más importante, ¿son incompatibles estas dos cuestiones?
Los jugadores son los auténticos protagonistas, los encargados de que el juego del equipo funcione o no. Dos jugadores en la misma posición y con cualidades opuestas pueden ser igual de válidos para un mismo equipo, para una forma de jugar. Cada uno aportará algo diferente. Pero al final la esencia del equipo debería ser la misma.
A cada jugador, por sus condiciones, le favorece un determinado estilo de juego y a cada equipo, por su filosofía, le debería interesar un determinado perfil de jugadores. No es cuestión de adaptar el Modelo de Juego al jugador o viceversa, sino de que el club tenga una idea de juego clara y definida e incorpore a los jugadores del perfil que necesita. De esta forma, además, cada jugador tendría la posibilidad de «elegir» el equipo y la forma de jugar con la que de verdad se siente identificado. Y esto, en mi opinión, favorece tanto al club como a los propios jugadores.
Creo que el mejor ejemplo de todo esto es la llegada de Luis Suárez al FC Barcelona. El primero que está progresando como jugador es él mismo. Además, está haciendo mejores a sus compañeros con sus movimientos y su aportación en el juego. Y, por último, el club se está viendo beneficiado de todo ello en cuanto a títulos (triplete y los que quedan…).
Ahora Neymar se fue a París..
No te había interpretado bien pero este debate también es bueno, si los jugadores van en el mismo saco del entrenador, creo en lo que dices el ejemplo aunque me fastidie es el Barça, todas las categorías juegan igual y la formación de jugadores está encaminada a abastecer al primer equipo sin que haya un choque traumático al cambiar de categoría, tienen claro a lo que juegan y se nota en los resultados.
Bonito tema, difícil pasar por encima sin opinar, yo me quedo con sistema de juego siempre, pero como siempre con excepciones, si notamos que algo no funciona, haciendo lo mismo no lo vamos a cambiar, a veces hay que abrir la mente y hacer pequeños cambios que permita a los jugadores asimilar un sistema poco a poco.
Aunque la tendencia sea acabar en la fidelidad a nuestras ideas a veces hay que dar un paso atrás para coger impulso y sobretodo con trabajo y paciencia(esto es lo más difícil, en el fútbol no hay la suficiente paciencia) el objetivo se puede alcanzar, luego intervienen muchos más factores: predisposición a trabajar, relaciones personales, capacidad para transmitir ideas, manejo de los egos, SUERTE, etc.. Lo malo es intentar entrar en un vestuario pegando una patada a la puerta, es mejor tener mano izquierda y si te dan el poder necesario al final de temporada y en frío tomar las decisiones.
Yo siempre he dicho que prefiero la constancia con un poco de talento (siempre necesario) que el súper talento sin trabajo, hay que romper con las predisposiciones de si un jugador es malo o bueno, solo sirve para esta posición , el entrenador no une el vestuario, el jugador no cumple las normas, en fin que es muy difícil gestionar un grupo de 22 jugadores cada uno de su padre y de su madre y encima imponerles un sistema, es mejor meterlo poco a poco haciendo que crean en el, haciéndoles partícipes del mismo, y sobretodo apertura de mente.
Y ya no entro en si los jugadores son multimillonarios llenos de manías entonces la complejidad se multiplica por 100 para cambiar su sistema .
Lo ideal Ferguson en Manchester pero eso hoy día es un sueño, tanto tiempo en el mismo club y con poder de decisión hoy día es impensable.
En fin no os quiero aburrir como resumen, siempre sistema y personalidad, pero con vaselina y con la mente abierta a pequeños cambios
Gracias y un saludo
La cuestión no es el modelo de juego del entrenador, sino el del club. Quizás no ha quedado claro en el artículo. En mi opinión, el entrenador entra en el mismo «saco» que los jugadores. El club es el que marca las pautas y jugadores y entrenadores las aceptan si están de acuerdo. Y si no lo están pues se deberían buscar un club con el que sí se identifiquen, como pongo arriba.
El trabajo del club es seleccionar a los jugadores y entrenadores que mejor se adapten al modelo del CLUB. Lógicamente, no habrá dos entrenadores idénticos, cada uno dará un toque personal a ese modelo (igual que los jugadores), pero la idea general se va a mantener. Se me hace difícil ver a Caparrós en el Barcelona, por ejemplo, pero en la Premier su estilo encajaría perfectamente…
Creo que ahora me he explicado mejor