En el último artículo hice referencia a la importancia de que nuestros jugadores estén motivados para que, entre otras cosas, los entrenamientos tengan la mayor intensidad posible.
Se habla mucho de este tema y de cómo un entrenador puede aumentar la motivación de sus jugadores. ¿Es posible? ¿Cómo se hace? En este artículo te lo explico.
¿Qué es la motivación?
La motivación es aquello que mueve a una persona a hacer algo.
Hablando en clave de fútbol, la motivación de un jugador es aquello que le mueve y le impulsa a jugar al fútbol:
- Para unos puede ser la ilusión y la ambición por llegar al fútbol profesional.
- Para otros puede ser el deseo de pasar un rato jugando junto con sus amigos.
- También puede ser simplemente la necesidad u obligación de hacer deporte para llevar una vida más saludable.
Cada una de estas motivaciones son muy diferentes. Y la implicación que tendrá cada jugador durante la práctica deportiva también lo va a ser.
Motivación intrínseca vs motivación extrínseca
La motivación puede venir originada por un conjunto de factores internos o externos (o una mezcla de ambos).
Los factores internos son los que tienen que ver con el propio jugador, en este caso. Por ejemplo, la ilusión de la que hablábamos antes y su ambición por llegar lo más lejos posible.
Estos factores son los que configuran la motivación intrínseca del jugador.
Mientras que los factores externos son los que provienen de terceras personas, como su entrenador, su familia… Están relacionados con la consecución de premios, recompensas, reconocimientos u otros incentivos, así como con el hecho de evitar castigos.
Estos factores son los que contribuyen a la motivación extrínseca del jugador.
¿Se puede motivar a un jugador de fútbol?
Esta pregunta puede generar algo de controversia. O las respuestas a ella, mejor dicho.
Por un lado, la motivación extrínseca existe. Todos hemos recurrido a vídeos motivacionales, discursos inspiradores…
¿Funcionan? Posiblemente sí. Son recursos que, en un momento dado, pueden ayudar a que los jugadores ofrezcan un punto más de rendimiento: que salgan más «enchufados» a un partido, que confíen en una remontada…
Aunque también es cierto que podemos estar hablando de algo efímero. Si nada más salir al campo, el rival se adelanta en el marcador, ese efecto motivador se puede esfumar en cuestión de minutos o segundos.
En los entrenamientos también podemos incluir premios y castigos en las tareas para los ganadores y perdedores de cada serie, respectivamente. Esta es otra forma de intervenir sobre la motivación de forma externa.
Pero lo verdaderamente potente es la motivación intrínseca del jugador.
Esa motivación intrínseca es la que inspira a una persona a levantarse cada día de la cama para luchar por sus objetivos y alcanzar sus metas. Es la que promueve su deseo y le da energías en momentos de «bajón».
A un jugador de fútbol, la motivación intrínseca es la que de verdad le impulsa a superarse cada día y a ofrecer su mejor versión.
El jugador que realmente tiene el deseo y la ilusión por llegar lo más lejos posible y alcanzar el fútbol profesional, no necesita que su entrenador le motive. Puede ser un plus, sin duda, pero él mismo ya se va a encargar de dar lo máximo en cada entrenamiento para alcanzar su sueño.
La pregunta entonces es, ¿se puede desarrollar la motivación intrínseca de un jugador? Lo vemos a continuación.
¿Cómo se puede fomentar la motivación (intrínseca) de un jugador?
Como hemos visto y podemos deducir, la motivación (intrínseca) es clave para alcanzar el éxito en cualquier aspecto de la vida. O, al menos, es el primer paso y esencial.
En el fútbol no es diferente. Un equipo motivado seguramente aspire a lograr objetivos más ambiciosos. Para ello, es fundamental que el entrenador sepa cómo mantener a cada jugador con la máxima motivación posible.
A continuación te voy a dejar 3 consejos básicos y muy sencillos para conseguirlo.
1. Conoce a tus jugadores
Lo primero y fundamental es que como entrenador conozcas a tus jugadores: su situación personal, sus aspiraciones deportivas…
Cada jugador tiene diferentes metas y motivaciones. Como te decía al principio, algunos querrán llegar a ser futbolistas profesionales y otros simplemente pasar un rato con sus amigos.
Si entiendes qué impulsa a tus jugadores y conoces cuáles son sus deseos y sueños, podrás ayudarles a encontrar y alimentar esa motivación intrínseca.
También se puede dar el caso de aquellos jugadores que simplemente realizan deporte por necesidad u obligación. En situaciones en las que la motivación procede más de factores externos, el entrenador difícilmente puede intervenir.
De cualquier manera, la primera recomendación es que mantengas una comunicación continua con los jugadores de tu equipo.
2. Crea un ambiente positivo
Además, es fundamental que generes un clima agradable en el equipo. Esto se consigue fomentando el compañerismo y el respeto entre todos los miembros del equipo.
Por otro lado, los jugadores deben sentirse valorados, apoyados y respaldados en todo momento por su entrenador. Esto lo puedes conseguir elogiando los logros individuales y colectivos, resaltando las fortalezas de cada jugador y del equipo.
Con ello reforzarás la confianza y la autoestima de los jugadores, lo cual es clave para mantener su motivación intrínseca.
Eso no quita que cada jugador deba ser consciente de sus debilidades y limitaciones. Pero eso se lo harás saber personalmente. Ya sabes, felicita en público y corrige en privado.
3. Diseña tareas estimulantes
Por último, otra forma de mantener activa la motivación de tus jugadores es a través del entrenamiento y los ejercicios planteados.
Debes asegurarte de que tus sesiones de entrenamiento sean desafiantes, dinámicas y divertidas. Evita caer en la monotonía porque podrás aburrir hasta al más motivado de tus jugadores.
En este artículo te di varios consejos que te ayudarán a diseñar y desarrollar entrenamientos efectivos en este sentido.
También puedes plantear pequeñas metas y objetivos alcanzables, tanto a nivel de equipo como para cada jugador de forma individual. Eso les supondrá un reto continuo en busca de esa superación diaria y podrás ayudarles a reconocer y celebrar sus logros y progresos.
Resumen
La motivación extrínseca existe, los vídeos y los discursos épicos… Pero la que de verdad impulsa al jugador a ofrecer lo máximo en cada entrenamiento y partido es la que se produce en su interior.
Como entrenadores debemos ayudar al jugador a descubrir su motivación intrínseca y alimentarla.
Eso lo puedes conseguir siguiendo estos 3 pasos:
- Conoce a tus jugadores.
- Crea un ambiente positivo.
- Diseña tareas estimulantes.
Y tú, ¿cómo motivas a tus jugadores?